Cómo
utilizar los aprendizajes esperados en la evaluación
formativa
La
evaluación es un proceso continuo y permanente que aporta información relevante
para mejorar la enseñanza. Las formas y procedimientos que adopte el maestro,
deben valorar lo que el niño hace frente a una nueva experiencia educativa y
considerar el crecimiento afectivo, físico e intelectual que ha adquirido; asimismo,
se debe evitar que la evaluación llegue a convertirse en una tarea escolar
adicional.
Cabe comentar que de acuerdo con el
Plan y Programas de Estudio de Educación Primaria (SEP, 2011)), la evaluación debe ser formativa, desde un
enfoque constructivista, en la cual se tome en consideración a los involucrados
(heteroevaluación, coevaluación y autoevaluación), así como todo el proceso
educativo. Es
decir, resulta necesario llevar a cabo evaluaciones periódicas que nos muestren
posibles desviaciones de los objetivos planteados con antelación, para lo cual
resulta indispensable tomar en cuenta los aprendizajes
esperados y las competencias a
desarrollar en los infantes.
Dichos
tipos de evaluaciones no se contraponen, sino por el contrario se complementan
para lograr de esta manera una evaluación por competencias, al valorar tanto de
aspectos cualitativos como cuantitativos del proceso de aprendizaje de los
alumnos, esto responde al hecho de que si se pretende el logro de determinados aprendizajes esperados y competencias en los alumnos, éstas deben
verse reflejadas a través de la evaluación.
Aunado a ello, se sugiere el uso de
instrumentos de evaluación como: listas de control, rúbricas, producciones
escritas, portafolios, esquemas, pruebas escritas, entre otros, a través de las
cuales sea fácil el registro de los avances o retrocesos de los alumnos durante
el proceso de enseñanza-aprendizaje, a través de estándares o criterios claros
y precisos que expresen lo que
debe hacerse y cuán bien debe hacerse. Ejemplo de esto, es la rúbrica para
evaluar el desempeño de cada alumno en el análisis del tema “¿Para
qué me sirven los mapas?” perteneciente a la asignatura de Geografía, en la cual es posible implementar criterios como:
identificación de mapas y conocimiento
de sus principales características, análisis de la información contenida en los
mismos, elaboración de mapas y su actitud durante el desarrollo de las
actividades propuestas en clase. Dichos estándares constituyen un punto
referente de lo que cada alumno logró saber, saber hacer y ser en el trabajo con el tópico
en cuestión.
Este
ejemplo me permití mencionarlo para mostrar la importancia de tomar en
consideración en todo momento los aprendizajes
esperados, pues conforme a éstos, deben planearse las actividades para el trabajo
en el aula, y a su vez seleccionar los
productos, herramientas e instrumentos de evaluación, ya que debe existir
una relación directa entre lo que se enseña y lo que se evalúa. Es de esta
manera como con la evaluación se comprobará el alcance de los aprendizajes esperados y con ello, es
factible que el docente identifique si las estrategias didácticas empleadas y
los recursos utilizados fueron los adecuados, debido a que a través de la
evaluación, se observarán las necesidades que presentan los alumnos y podrá
diseñarse el trabajo siguiente.
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